Artículos

La evolución de la firma

Las vivencias y etapas que superamos quedan reflejadas en nuestra firma, evolucionando y exhibiendo el paso del tiempo.

29
Agosto 2021

A pesar de la automatización que logramos de nuestras firmas desde el momento de su creación y tras su inagotable práctica, las vivencias y etapas que superamos quedan reflejadas en ella, evolucionando y exhibiendo el paso del tiempo.

La clasificación de la evolución de la firma se divide en 6 etapas:

-El garabato, ejecutado antes de los 7 años de edad. El niño juega y experimenta con líneas que se entrecruzan formando garabatos, sin poseer la consciencia necesaria para crear un modelo que pueda reproducir y que represente su identidad como individuo.

-Primera firma, situada en la preadolescencia (12-13 años). Esta firma no es apta para ser analizada grafológicamente, pues el individuo está en pleno proceso de cambio y formación de la propia personalidad. Es útil su observación para comprobar el adecuado desarrollo psicomotriz. Suele estar compuesta de nombre o nombre y apellidos, adornada con elementos gráficos familiares de su entorno.

-Firma adolescente, plagada de cambios y variantes, volatilidad fruto de la continua búsqueda de la definición de la personalidad y el sentido de pertenencia. Destacan signos gráficos de inseguridad y miedos.

-Firma del adulto-joven, la firma goza de mayor estabilidad, pero aún existe la presencia de elementos que dificultan su legibilidad. La entrada a la vida laboral es un factor muy importante que aporta formalidad y búsqueda de seriedad en el patrón de la firma. Suele optarse por prescindir del nombre o darle menos protagonismo y elevar los apellidos, otorgando más importancia a la parte social.

-La firma del adulto, la estabilidad de la firma llega a su punto más alto. Los trazados que la componen, sobre todo los finales, tienden a la simplificación, prueba de seguridad y espontaneidad. El adulto se ha liberado de muchos miedos e inseguridades, concluyendo así el proceso de autoaceptación.

-La firma en la senectud, debido a la automatización de toda una vida la firma es la última producción gráfica que se ve afectada durante la enfermedad y el paso del tiempo. En algunos casos es posible que, tras haber perdido incluso la consciencia del acto de firmar y lo que significa, o sufrir algún tipo de impedimento motriz, el individuo sea capaz de rubricar con soltura.

A continuación, se expone la estabilidad y evolución de una firma-rúbrica en la que el autor está representado en tres etapas de su vida, a los 32, 45 y 65 años.

 

 

Por lo tanto, ya sea para un análisis grafológico en el que se necesite extraer rasgos psicológicos y de personalidad del autor o bien para realizar un Informe Pericial Caligráfico de firma, es imprescindible ubicar el autógrafo en su etapa correspondiente.

 

 

Lucrecia Di Santo.

peritocaligrafodisanto.com utiliza cookies propias y de terceros que permiten mejorar la usabilidad de navegación y recopilar información. No se utilizarán las cookies para recoger información de carácter personal. Solo se instalarán las cookies no esenciales para la navegación si acepta esta característica

Ver políticas de cookies